Una de las cosas que más me molesta de la enseñanza pública (la que conozco), es la prisa.
Los objetivos. El cumplirlos.
No sabéis de qué manera!
Y el procesamiento de la enseñanza?
Y el tiempo, diferente, que cada uno necesita?
Y el disfrute?
Saber leer y escribir a los seis años. Pase lo que pase.
Pues bien... no creo que pase nada porque lo hagan a los siete, o a los ocho...
Han de presentar tesis ya a los seis?
La vida le sonreirá más al que aprenda antes? o al que disfrute haciéndolo, y así, entienda lo que está estudiando.
Yo no enseñé a dibujar a Moira. Y dibuja que dan ganas de empapelar las paredes con sus dibujos.
En cambio, sí que le apreté con la escritura y la lectura, por prescripción de la maestra.
Y es un desastre...
Porque no lo entiende, porque no lo ha aprendido a su ritmo, porque se lo inculcamos sin respetar su interés.
Porque no ha hecho un juego de ello.
Y la vida, es un juego. O debería serlo.
Así nos encontraríamos profesionales y no gente trabajando.
Enseñar a aprender.
Y dejar que cada uno escoja su pasión.
"Pots escriure tu la llista de la compra?, tinc les mans brutes. Escriu:
Pomes, carrotes, pa i oli."
Moira dibujó una ristra de manzanas y zanahorias, una barra de pan y una botella de aceite...
La lección me la dio ella a mi.
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Moira
Tjøme, Noruega.
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